lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Va a nacer?


Reproduzco este post, del excelente blog www.uncura.blogspot.com

Hoy, 17 de diciembre. Hoy comienza la Feria Mayor del Adviento, la última semana antes de la Noche Santa y Buena en que nace Jesús en el mundo.

Es un tiempo de esperanza, con unas preciosas antífonas, llenas de admiración y alegría... porque el Mesías va a nacer.



Y hoy, precisamente, mi pais ha decidido que debe existir el derecho a matar; hoy decide que en vez de esforzarnos por proteger a los más débiles e indefensos, es más cómodo, más fácil eliminarlos antes de que podamos ver sus caritas y sintamos pena de ellos... y muchos aplauden esta ley.



Por ley en Sudáfrica hasta 1990, se estableció un ordenamiento jurídico racial (con esas palabras se segregaba y maltrataba a todo el que no fuese de raza blanca)... y muchos aplaudían (otros no podían ni hablar).
Por ley hasta hace pocos años, la sociedad amparaba y aseguraba la protección de la mujer (con esas palabras una mujer dependía de su padre hasta que dependía de su marido, sin libertad ni derecho alguno)... y muchos aplaudían (ellas no podían ni hablar).
Por ley la sociedad centroeuropea de mediados del siglo XX, liderada por el partido Nacional Socialista aprobó la mejora de la raza (con esas palabras se describía la muerte de miles de personas)... y muchos aplaudían (otros no podían ni hablar).
Por ley durante siglos se consideró la esclavitud como el mejor sistema de estructuración social según el derecho romano (con esas palabras se privaba de vida y libertad a miles de personas)... y muchos aplaudían (otros no podían ni hablar).

Hoy mi sociedad española aprueba que se maten a miles de niños antes de nacer, sin la posibilidad de objetar, sin la necesidad del apoyo de los mayores, sin más juicio que el de pensarlo inviable o perjuidicial (lo llaman interrupción del embarazo, pero tampoco aquí las palabras lo arreglan)...



Precisamente hoy... cuando los cristianos recordamos que va a nacer Jesús a muchos miles se les niega ese derecho... y muchos aplauden... y muchos aplauden, aunque muchos, muchos más no podrán ni hablar, ni abrir sus ojos, ni sonreir, ni vivir, ni nacer.



¡Qué Dios y todos esos niños nos perdonen!