jueves, 13 de agosto de 2009

Millonaria corrupción para asesinar niños


Denuncian millonaria corrupción para favorecer a abortistas
SEVILLA, 13 Ago. 09 / 01:02 am (ACI)

Dos de las más importantes clínicas abortistas de Andalucía con sedes en Sevilla y Málaga, la Clínica Triana SL y Atocha Ginecológica SL, recibieron irregulares "ayudas", casi cinco millones de euros, de la Junta de Andalucía luego de un concurso "público plagado de irregularidades"; según informa el diario El Mundo de Andalucía.

Este periódico español señala que el Juzgado Contencioso Administrativo 10 de Sevilla acaba de anular el procedimiento administrativo por el que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) adjudicó a estas clínicas la gestión del "Servicio de interrupción voluntaria del embarazo" en situación de riesgo o de más de doce semanas; es decir abortos "complicados" y tardíos subvencionados por la Administración autonómica.

Ambas empresas "ganaron" el concurso público convocado en agosto de 2007 y los casi cinco millones de euros de "premio". Pero el proceso, explica el diario, no fue limpio, estuvo plagado de irregularidades y, según ha dictaminado ahora la Justicia, fue diseñado especialmente para las dos clínicas abortistas.

El SAS estableció como requisito para poder optar a la adjudicación del servicio un criterio –acreditar la realización de al menos 500 abortos en el año anterior– que, de acuerdo con la resolución del juez tenía como único objetivo beneficiar los "intereses particulares" de los propietarios de las dos clínicas, que monopolizan el "negocio" del aborto en Andalucía. Este concurso ha sido ahora anulado.

Esta exigencia "encubría" en realidad, según palabras del magistrado, el interés de la Administración andaluza por adjudicar los casi cinco millones del concurso a las mencionadas empresas que ya venían prestando este servicio.

El juez acusa a los responsables del SAS de utilizar "de forma torcida" su poder en pro de "concretos intereses particulares". El magistrado indica además que "la Administración ha actuado ilegalmente" al adjudicar la millonaria subvención a dos clínicas elegidas arbitrariamente en función de criterios irregulares.

En concreto, la exigencia de haber practicado en el año anterior al concurso más de 500 abortos de embarazos de más de doce semanas o que impliquen alto riesgo es "arbitraria e irrazonable", ya que, dice la resolución, "ni siquiera se atiende a la calidad de tales intervenciones primando exclusivamente la cantidad".

lunes, 10 de agosto de 2009

Fundamentalistas aborteras usurpan nombre de la iglesia para matar niños


"Católicas por el Derecho a Decidir" son abortistas y anticatólicas, precisa Arzobispo peruano


LIMA, 10 Ago. 09 / 09:23 am (ACI)
Tras el lanzamiento oficial en el Perú del autodenominados grupo "Católicas por el Derecho a Decidir" (CDD), el Presidente de la Comisión Episcopal de Familia y Defensa de la Vida, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, precisó en un reciente comunicado que estas mujeres constituyen "un frente abortista que recluta preferentemente a personalidades del mundo feminista anticatólico".
En el texto, el también Arzobispo de Piura explica que este grupo internacional anti-vida, conocido en inglés como "Catholics for a free Choice", fue fundado en 1970 en los Estados Unidos y "se dedica a promover el aborto de manera especial en América Latina".
"CDD opera en varios países como organización de fachada, pues en ninguno de ellos cuentan con una base social real. En el Perú no son sino una 'reinvención' de una antigua organización feminista que, ante el fracaso de sus estrategias, ensaya una nueva cara y nuevas formas de financiación", añade el Prelado.
Seguidamente indica que las CDD, "Aunque se presentan como un 'movimiento autónomo de personas católicas comprometidas en la búsqueda de la justicia social' que busca 'el cambio de determinados patrones culturales y religiosos', su finalidad es promover el aborto y la anticoncepción como derechos sexuales y reproductivos".
Mons. Eguren explica además que este grupo es un "frente abortista que recluta preferentemente a personalidades del mundo feminista anticatólico. Su estrategia consiste en confundir a los feligreses presentándose como católicos y su agenda tiene por objetivo el aborto, la anticoncepción, la esterilización, el lesbianismo, la homosexualidad, el feminismo radical y las doctrinas del New Age".
A continuación recuerda que en el año 2005, "la Secretaría de Estado del Vaticano solicitó a todos los Obispos que estuvieran vigilantes y alertas ante una campaña que esta organización abortista realizaba en aquel entonces y que consistía en reunir firmas y adhesiones para apoyar el concepto de 'salud sexual y reproductiva' en una cumbre mundial que en aquel entonces preparaba la Organización de las Naciones Unidas (ONU)".
Como bien se sabe, prosigue, "el concepto de 'salud sexual y reproductiva' a la luz de la cumbres mundiales de El Cairo (1994 sobre población y desarrollo) y de Pekín (1995 sobre la mujer), incluye al aborto como medio de planificación familiar".
Finalmente insta a "no dejarse sorprender por representantes de esta organización anti-vida que se atribuyen el nombre de católica sin contar con el permiso de la autoridad eclesiástica, y alertar a todas las personas que puedan al respecto (sacerdotes, consagrados y consagradas, agentes pastorales, fieles laicos, etc.).

sábado, 8 de agosto de 2009

MANIFIESTO DE MUJERES CONTRA EL ABORTO


Manifiesto de Mujeres contra el Aborto



Las abajo firmantes, integradas en la Plataforma de Mujeres contra el Aborto, levantamos la voz en nombre propio y en el de millones de mujeres silenciadas por la presión del “pensamiento único”, que prevalece actualmente en nuestra sociedad respecto de todo lo concerniente a nuestro sexo y que vincula obligatoriamente los conceptos “mujer”y “aborto”.
1. Estamos contentas de vivir y de que nuestros hijos vivan. Consideramos que la vida humana es un derecho y un bien que hay que preservar desde la concepción y que cualquier ser humano, independientemente de su edad, ha de gozar de la plena protección del Estado y las leyes.
2. Reivindicamos la maternidad como uno de nuestros derechos fundamentales. Es responsabilidad social y política hacer compatible este derecho con el del trabajo y la elección en libertad de la forma de vida.
3. El aborto es ética y legalmente inaceptable, no sólo porque aniquila a un ser humano indefenso, sino porque supone una violencia infligida a la dignidad de la mujer. Con este manifiesto renunciamos expresamente al pretendido “derecho de aborto” que otros y otras se empeñan en adjudicarnos.
4. Nos declaramos profundamente feministas porque defendemos, no sólo de palabra, sino con nuestro trabajo y nuestra vida, la igualdad de derechos y deberes entre hombres y mujeres.
5. Los hombres son nuestros compañeros y padres de nuestros hijos. No entendemos que se les reclame la manutención de la familia a la vez que se les niega cualquier derecho y responsabilidad respecto del nacimiento de esos hijos que son suyos y a quienes tienen el derecho y el deber de cuidar. Son corresponsables del embarazo y víctimas también del aborto, como las criaturas eliminadas y las mujeres.
6. Estamos convencidas de que todas las consideraciones anteriores son válidas al margen de las creencias (o no creencias) religiosas y de las ideas políticas, puesto que se refieren a la salvaguarda de los más elementales derechos humanos.
7. Exigimos al Gobierno, cualquiera que sea su color político, que dedique las partidas presupuestarias actualmente destinadas al aborto a promover redes de asistencia a embarazadas en situación desfavorable.
8. Es preciso velar para que el hecho de ser madre no aboque a la mujer, como ocurre en la actualidad, a ver mermadas sus posibilidades de ascenso laboral, sus ingresos y su derecho a disfrutar del ocio y del tiempo libre en condiciones de plena igualdad con los varones.
9. Exigimos al Gobierno, cualquiera que sea su color político, un Plan Nacional contra el Síndrome post Aborto. Basta de silencio sobre las consecuencias del aborto: cuadros de ansiedad, insomnio, depresión y trastornos de la alimentación y la vida sexual.
10. Exigimos al Gobierno, cualquiera que sea su color político, que agilice y potencie las políticas de adopción de los hijos cuyas madres no puedan o no quieran hacerse cargo de ellos. Así mismo, que ponga en marcha campañas de información sexual que eduquen en la responsabilidad e impidan que las mujeres carguen en soledad con las medidas anticonceptivas o de regulación de la natalidad.
http://www.mujerescontraelaborto.com/

jueves, 6 de agosto de 2009

NO AL ABORTO, TESTIMONIO


de la página www.foroelsalvador.blogia.com

Lucía L., española: “Yo aborté con 26 semanas de embarazo en el centro de abortos El Bosque en Madrid”
La Asociación de Víctimas del Aborto nos presenta el testimonio de Lucía L. de Asturias, contando su aborto provocado hace 12 años en la “Clínica” El Bosque, con 26 semanas de embarazo

Me quedé embarazada con 17 años, ahora tengo 29. Por miedo a la reacción de mis padres no dije nada hasta que fue muy evidente. Mis padres y mi novio en un primer momento pensaron que era mejor que abortase y fuimos a una clínica en Asturias, me miraron y me dijeron que tenia un embarazo de 26 semanas, pero que no me preocupase, que todavía podía abortar, que había una “clínica” en Madrid, la “Clínica” el Bosque, que estaba especializada en hacer abortos cuando el embarazo está ya muy avanzado. La “clínica” de Asturias lo gestiono todo y al día siguiente tenia que estar en Madrid, para estar a las 8 de la mañana en ayunas en el centro y con 350.000 pesetas en efectivo.

Así lo hicimos; me recibieron y me hicieron una ecografía que por supuesto no vi. Me dijeron que no había problema con el aborto, que iba a ser como “sacarse una muela”, que de un aborto temprano a uno tardío solo cambiaba la técnica y el precio, nada más. Después el "ginecólogo" se dirigió a mí y me dijo como si fuera estúpida:

- Bueno te va a doler la barriguita un poco, ¿lo quieres hacer?

Yo me moría de miedo pero le dije que si era un poco de dolor sólo, vale. Lo mismo dijeron mis padres. No nos explicaron nada más sobre el desarrollo fetal, el procedimiento, la duración de la operación, riesgos físicos y psicológicos, sólo que era con anestesia general y que era muy sencillo.

Salimos de ahí y pasamos a ver una psicóloga que me dio unos tests ya completados que yo tenía simplemente que firmar, me dijo que con eso justificaban el aborto. No cruzó ni una palabra más conmigo. Firmé y salimos de allí. Bajamos al piso de abajo y allí había un mostrador donde pagamos 350.000 pesetas, en efectivo como nos habían pedido y no nos dieron ningún recibo o justificante.

Me puse un camisón y unos patucos verdes y esperé en una habitación, temblaba de miedo. De repente, pasó por esa habitación un "médico" vestido de verde, y me sonrió y me tocó la barbilla y me dijo “¿Tienes miedo?”. Le dije que sí y sonrió y se fue. Nunca entendí por qué hizo eso. Cuando llegué un señor vestido con ropa de calle y con acento sudamericano me preguntó cuánto pesaba más o menos. Era el anestesista. No me hicieron ninguna prueba previa a la intervención. De repente apareció el mismo hombre que me había preguntado si tenía miedo, pues era el que me iba a intervenir. Me colocaron en el potro y lo último que recuerdo es respirar por una mascarilla.

Desperté en la habitación y tenía un gasa en la vagina, tenía suero y una sonda para la orina. Yo pensé que había pasado todo, pero de repente me toqué el vientre de forma instintiva y me di cuenta que mi hijo seguía conmigo. Le pregunté a mi madre que estaba allí que por qué no había terminado todo y me decía que estuviese tranquila, pero vi el pánico en su cara.

De repente, apareció en la habitación el mismo “médico” que me hizo la intervención y traía una especie de jeringuilla gigante. Me quito la gasa que tenía en la vagina y me introdujo la jeringuilla por la vagina. Por lo visto era un gel para dilatar que me tenía que colocar en el cuello del útero, me hizo mucho daño, sacaba y metía la jeringuilla con mucha saña. Me incorporé un poco y veía salir sangre, yo lloraba y él me dijo en tono muy serio “O te estás quieta o vamos a estar todo el día”.

Puedo afirmar que desde que salí del quirófano del centro “El Bosque” sufrí un maltrato brutal por parte del personal del centro.

A la hora, empecé a sentir un dolor en los riñones, eran las contracciones, no me lo podía creer. Cada vez más intensas, era horrible, yo lloraba, gritaba diciendo que pararan todo, que no quería seguir, pero me decían que ya no se podía. Unas horas después, seguía con contracciones, estaba agotada y gritaba, entró una "doctora" y me dijo que como no me callase me iba a bajar al quirófano y me iba a dejar allí sola. Me dijo que estaba asustando a las demás chicas que iban a abortar con mis gritos.

Unas horas después mi hijo salió y esto sucedió en la misma habitación, no les dio tiempo a bajarme a quirófano. Vi como la abortista se llevaba un bulto pequeñito en un plástico blanco, escuché una puerta y volvió. No sé cómo murió mi hijo, si lo mataron en el quirófano, o si nació vivo y lo dejaron morir después, no lo sé.

Me bajaron al quirófano, recuerdo el tintineo de las tijeras que pinzaban el cordón umbilical chocando con la barra de la camilla que me bajaba. Una vez allí me extrajeron la placenta y me devolvieron a la habitación.

Estaba agotada. Intentaba dormir, pero escuchaba a una chica en la habitación de al lado llorando y gritando. Tuve más de 12 horas de contracciones. Cuando todo acabó, pase la noche sin poder dormir. Por la mañana me hicieron una ecografía para ver si quedaba algún resto pues si era así me tenían que volver a intervenir.

No me dejaron ni ducharme pues no estaba incluido en el precio. Me dieron un café y me trajeron una medicación para las infecciones y para cortar la leche. Salimos del centro El Bosque y volvimos a casa.

Desde los 17 a los 23 años lo olvidé todo, creo que era demasiado fuerte y mi mente lo bloqueó en un mecanismo de negación. En mi casa no se volvió a hablar de ello, ni con mi novio que ahora es mi marido. A los 23 años empecé a encontrarme mal, con ansiedad, depresión y trastornos de la alimentación, pero nunca lo achaqué al aborto, no reconocía que alguien había muerto aquel día. Con esa edad yo pensaba que si nacía mi hijo, éste era un bebé, pero que sino nacía, no era un ser vivo todavía y no podía creer que un médico fuese capaz de matar a alguien o de hacer algo que te perjudicara. Yo pensaba que si se podía hacer, el aborto no podía “estar mal”.

Estuve viendo psicólogos desde los 23 años hasta los 28; ninguno supo decirme lo que me pasaba a pesar que yo siempre contaba lo del aborto. Me decían que no era como para estar así de mal, a pesar de ser un zombi que ni sentía ni padecía. De repente, un día hablando con mi novio de la posibilidad de casarnos y ser padres, todo estalló: comprendí que habían matado a mi hijo y que se había muerto mi hijo.

Fue horrible, sólo pensaba en morirme, el dolor me traspasaba el alma. Me sentí engañada por los "médicos" del centro de Asturias y El Bosque, por mis padres y mi novio, por la sociedad. No podía dar crédito a que eso pasase como si nada.

Encontré dos asociaciones en Madrid que me ayudaron mucho, y me hicieron entender que lo que a mí me pasaba tenía un nombre: Síndrome Post Aborto. Se llaman No más silencio y la Asociación de Víctimas del Aborto (AVA). AVA todavía me presta ayuda psicológica. Sin ellas y sin mi novio y ahora marido - que siempre está ahí cuando estoy mal y me ayuda a levantarme cuando caigo - no hubiera salido adelante.

Quise denunciar al centro de abortos El Bosque pero habían pasado 12 años y era imposible a pesar de ser un delito. Ojalá la Ley fuese mas justa y se pudiese hacer algo.

Ahora estoy casada e intento llevar una vida normal (que es casi imposible después de algo así), cada día que me levanto me falta mi pequeño y me duele. Lloro casi todos los días y lo echo mucho de menos. No tengo una tumba para visitar, ni existe con nombre y apellidos a pesar de que los tenga porque yo se los puse. Mi pequeño se llama Hugo. Es duro tener un hijo muerto y no poder contarlo a los cuatro vientos porque nadie te va a entender.

Ésta es mi historia: he intentado contarla con todo lujo de detalles porque quiero que se sepa como es este negocio, lo que nos hacen por dinero, y sobre todo, porque quizás hay mujeres que han pasado por algo parecido y puedan sentirse confortadas al saber que no están solas. Desde aquí las animo a que hablen, a que cuenten su historia aunque sea de forma anónima como yo. Sólo así cambiaremos las cosas y la verdad saldrá a la luz: no tengáis miedo. Nada peor de lo que ya os ha pasado con el aborto ocurrirá por hablar y dar voz a nuestros hijos.

Lucia L.

Asociación de Víctimas del Aborto

www.vozvictimas.org

NO AL ABORTO


Una vez vi una publicidad de un grupo feminista que iba en contra de las violaciones. Sobre la foto de una mujer golpeada decía "No es NO, no hay excusa para una violación". Excelente y justo recurso para combatir semejante lacra.
¿No podemos decir acaso lo mismo de ésa otra lacra: el aborto?

NO ES NO, NO hay excusa para un aborto. (le llamen como le llamen)

Es frustrante como la sociedad no se moviliza frente a un tema tan importante.